Me cojo a la puta de mi madre en el cuerpo de mi papá.

Me cojo a la puta de mi madre en el cuerpo de mi papá.

 


Amelia era una niña de 12 años, estaba en secundaria cuando de pronto un día se encontró en el cuerpo de su padre, Juan, un contador de 45 años. Esta es su historia...

Aún no sé cómo pasó, una noche después de pelear con mi padre el y yo cambiamos de cuerpo. Decidimos llevar las vidas del otro, fingir que nada paso hasta que lo resolvieramos pero ya van varios días y aún no sabemos cómo pasó, tal vez fue el destino intentando que nos conociéramos mejor. Su trabajo es complicado y aún tengo problemas siendo contador pero la matemáticas siempre se me han dado bien por lo que estoy mejorando. El por otra parte odia tener que ir a la escuela de nuevo, tiene que fingir ser más tonto... O tonta, para no parecer toda una cerebrito. Le apena tener que usar falda y comportarse deamera femenina pero me atrevo a decir que lo hace muy bien... Tener que llamarla hija o que el me diga papá o tener esposa es extraño pero me acostumbré.

Los primeros días a mi p... hija, lo siento. Los primeros días a mi hija le incomodaba ir al baño en su nuevo cuerpo, tener que tocar mi vagi... Su vagina, que otros chicos de mi secundaria le coquetearan, que los hombres la mirarán por su falda corta, cosas a las que yo estaba acostumbrada... Acostumbrado todos los días a el le parecía extraño y aunque no hablemos de esto yo sé que es así, digamos que un padre sabe cuándo algo va mal. Yo también tuve que adaptarme ¡No es normal para mí tener un tronco entre mis piernas! ¡Besar a mi mam-!... Besar a mi esposa es raro, no solo porque es mi propia familia si no porque también hace que mi pene se endurezca y piense en cosas indebidas. No le cuento nada de esto a mi hija, no hablamos de ello pero creo que sabe lo que siento al ver a mamá, digo mi esposa.
Tengo una buena hija, a estado haciendo un excelente trabajo, incluso creo que es mejor hija de lo que yo lo era. Yo también intento ser buen papá por ella, porque prometimos aceptar nuestros roles y llevar nuestras vidas con normalidad.

No puedo negar que cogerme a mamá, a mi esposa es lo mejor de ser mi padre. A veces extraño mi vagina, ser mujer, le tengo envidia a mi esposa por poder disfrutar de mi verga. Nunca pensé que mi madre sería una adicta a mi verga y ahora que es mi esposa no creo tener mejor compañía para experimentar mi nuevo cuerpo. E aceptado mi completa masculinidad, soy un hombre, mi propio padre y cada noche le rompo la panocha a mi madre, mi esposa, mi zorra.



Comentarios

Publicar un comentario